lunes, 19 de julio de 2010

EDUCACION: EL FRACASO NEOLIBERAL

(a propósito de´un artículo de José Rivero Herrera)

Por: José Ramos Bosmediano*

El la página de opinión del diario "La República" del jueves 7/12/2006, p. 16, aparece el artículo "Políticas educativas y autonomías nacionales" del Profesor José Rivero Herrera. Su idea central es la del fracaso de las reformas educativas implementadas en América Latina en el marco de los parámetros impuestos por el Banco Mundial, desde la década de los 80, tomando como ejemplos Argentina y Chile, los "paradigmas" de nuestros neoliberales criollos.

La afirmación es importante por venir de José Rivero, estudioso del tema y ex funcionario de UNESCO en Santiago de Chile, donde nos conocimos cuando ya en el Perú, desde la dirigencia sindical del SUTEP, denunciábamos el proyecto privatizador de la reforma que el régimen fujimorista empezaba a perfilar con su Decreto Lagislativo 699, seguidos por los decretos leyes 26011, 26012 y 26013, cuyos conceptos y propuestas se repiten hoy en el este nuevo régimen de "cambio responsable". Por ser un artículo de José Rivero, vale la pena agregar algo y discrepar también.

Efectivamente, la reforma educativa de Pinochet, que ha acontinuado, en sus aspectos centrales, los gobiernos de la Concertación, ha sido el primer experimento del Banco Mundial y del "Consenso de Washington", con el acompañamiento del FMI, de hacer cambios en los sistemas educativos en crisis de América Latina y El Caribe (exceptúese a Cuba) para reducir el gasto fiscal en educación con fines de reducción del déficit fiscal y el pago de la deuda externa. Ya avanzado el proceso neoliberal en Chile, Juan Carlos Tedesco llegó a afirmar, precisamente en la revista de UNESCO-PREAL, que las reformas propiciadas por el neoliberalismo no eran principalmente pedagógicas sino presupuestales, "economicistas"; por lo cual es comprensible las terminologías de "competencias", "gerencia educativa", "libertad" de empresa en la educación, "marketing educativo" como curso académico para los futuros educadores, "cliente" y "proveedor" para los padres de familia y sus hijos y para los directores y maestros, respectivamente; también "costo-beneficio". Se trata de un traslado antojadizo pero utilitarista de la terminología empresarial al campo educativo. Desde el punto de vista de la Filosofía de la Educación, con la "enseñanza por competencias" y las mediciones de la calidad, más los resultados inmediatos y personales (individualismo), el pragmatismo pedagógico más vulgar se enseñoreaba en la mente de los nuevos "expertos" y "especialistas", abjurando de la elegancia con la que el más grande pedagogo pragmatista que dio Estados Unidos, John Dewey, planteaba su teoría de la pedagogía de la acción.

En la década de los 90, desde el SUTEP, nos quedamos solos enfrentando los contrabandos pedagógicos del neoliberalismo a la peruana. Muchos de los que hoy comienzan a sacudirse de ese proyecto fracasado, estuvieron silenciosos o se concretaron a dar ciertas recomendaciones para aplicar mejor el recetario pragmatista neoliberal.

Desde 1995, cuando el Ministerio de Educación bajo la autoridad del Ministro Dante Córdoba empezó a introducir el constructivismo, el proyecto educativo institucional y la gerencia educativa, anunciamos su fracaso, pues, como dice José Rivero y lo sustentó en su tiempo José Carlos Mariátegui y José Martí, aquello que no nos pertenece y que no hemos creado en nuestra tierra y en nuestra nación, no puede fructificar. Una reforma educativa para una nueva educación debee ser democrática, debe ser nacional, debe estar al servicio del pueblo y también responder a las exigencias del desarrollo del país, cuyo proyecto aún no existe.

Mi discrepancia con José Rivero está en que él considera que el Proyecto Educativo Nacional que acaba de publicar el Consejo Nacional de Educación tendría los elementos de una nueva educación, al lado de la Ley General de Educación 28044, promulgada en el 2003. Esta Ley, bien estudiada, es la legalización del proyecto educativo neoliberal que heredamos del fujimorismo. En ella está la apertura a la propiedad empresarial educativa, a la presencia transnacional en nuestra educación vía el TLC que tanto se esmeran en firmar los neoliberales que nos gobiernan, la persistencia de la educación confesional y la educación separada de los sexos y otros valores educativos que nada tienen que ver con los elementos de una educación moderna.

Con la Ley 28044 y el Proyecto Educativo Nacional del CNE no se rompe con el viejo sistema en crisis. Todos los "cambios" que vienen haciéndose, como la "emergencia educativa", el "plan lector", el "plan Huascarán", las evaluaciones estandarizadas y las mediiones de la calidad, no son sino parchecitos en un barco que necesita ser reemplazado por otro que se el producto de nuestro pueblo.

Lo terrible es que los neoliberales, ignorando estos problemas de fondo, que tienen en la crisis económica, social, cultural y moral de nuestro país y en la ausencia de un proyecto de desarrollo nacional su raíz histórica, enfilan su crítica hacia el desempeño docente, hacia los maestros que no sabemos qué hacen para trabajar en las escuelas con un salario que solo les alcanzapara sostenerse los primeros 10 días del mes, cuyas boletas de pago ya no soportan ningún descuento más; y que tienen que enseñar a niños desnutridos o provenientes de familias también en crisis y en una sociedad que no tiene nada de "educadora", señores del CNE.

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