José Ramos Bosmediano
PRESENTACIÓN
El Comité Directivo del MNI de Alto Amazonas, con motivo de la presencia en Yurimaguas del Profesor y compañero de lucha, José Ramos Bosmediano, organizó un ciclo de conferencias sobre los tres temas referidos en el título del presente folleto, al que asistieron numerosos compañeros y amigos. La presencia del compañero Ramos entre nosotros es siempre motivo de eventos de formación política y de otros relacionados también con la educación. El compañero Ramos, al lado de otros profesores, estudiantes y campesinos de nuestra provincia, ha contribuido a forjar el movimiento popular y de izquierda, además de su contribución en el ámbito de nuestra Amazonía y del país, pues ha llegado a ocupar cargos de dirección en el que fuera la UNIÓN DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIA (UNIR) y del MNI, en el proceso de su fundación.
Los compañeros asistentes al evento han solicitado que las conferencias sean plasmadas en un documento que sirva para la educación permanente de la militancia y, además, para que su contenido pueda llegar a quienes no han asistido o a quienes se encuentran fuera de Yurimaguas. Por eso hemos solicitado al ponente la versión escrita de sus exposiciones, encontrando en él la respuesta inmediata y generosa que ahora entregamos a nuestra militancia, amigos y pueblo de Alto Amazonas.
Los que conocemos al compañero Ramos desde hace mucho tiempo, no podemos sino comprobar que sus ideales socialistas no han variado, sino que se han enriquecido con su experiencia de lucha y con su permanente estudio de los problemas del país, particularmente de la educación. El texto que presentamos corrobora ese ideal socialista que la juventud altomazonense sigue asumiendo como el derrotero más adecuado para transformar el Perú.
Estamos seguros que nuestra militancia en particular sabrá valorar el esfuerzo que hacemos y sabrá utilizar el presente texto para enriquecer su formación política, llevar las ideas de izquierda a los sectores populares y ponerlo al servicio de la lucha por el socialismo en el Perú.
Yurimaguas, agosto del 2005
INTRODUCCIÓN
Los dirigentes de la Nueva Izquierda de Alto Amazonas me solicitaron que diera un ciclo de tres conferencias sobre el TLC, sobre Descentralización y sobre el Proyecto Nacional, respectivamente, que tuvo lugar los días uno, dos y tres del presente. Luego me solicitaron escribir las exposiciones para su reproducción con fines de difusión hacia otros sectores populares. De común acuerdo entre el suscrito y ellos, se decidió usar un solo título para los tres temas, aun cuando el texto está dividido en las tres partes correspondientes a cada tema.
Mis exposiciones se han apoyado en dos trabajos que hube de redactar para otras exposiciones fuera del país, uno de ellos con el título "El Neoliberalismo y la Educación en América Latina" para el Foro Social Continental (Quito 2004), y el otro "El TLC y la Educación en la Región Andina" para el Congreso Nacional de Educación organizado por la Unión Nacional de Educadores del Ecuador (Esmeraldas, Ecuador, 2005). En cuanto a la descentralización y el proyecto nacional, debí de apoyarme en lo que ha sido y viene siendo preocupación de nuestra militancia política en la izquierda y en las lectoras de numerosos trabajos de investigación que, desde Mariátegui, han proseguido en el Perú, y que nos sirvieron también en el campo de la lucha por una nueva educación desde el SUTEP. Sólo he incluido algunas notas que eran inevitables.
Quisiera que el texto que he escrito corresponda a las expectativas de los compañeros de la izquierda altoamazonense, cuya absoluta representación corresponde, por hoy, a la Nueva Izquierda, heredera de muchas y grandes luchas en esta provincia desde la década de los 70 y los no menos iniciales intentos de la década de los 60. Me ha entusiasmado, como siempre, el interés de los compañeros asistentes por buscar explicación a los problemas que vive el país y la región amazónica, por encontrar un camino nuevo para cambiar lo que ya parece un sistema que se mueve a rastras en medio de profundas desigualdades y de un proceso de corrupción que, al parecer, no puede ser enfrentada ya por ningún gobierno basado en la defensa de existente.
Quiero, con este modesto texto, cuyos vacíos y muchos planteamientos todavía incompletos y sujetos a revisión son inevitables, rendir homenaje a los compañeros asesinados el l2 de julio de 1978 en Yurimaguas por las fuerzas represivas bajo la dictadura de Francisco Morales Bermúdez; a numerosos compañeros de lucha ya fallecidos en distintas circunstancias; a todos los que siguen en la lucha, como el respetado compañero Nerio Ríos, ejemplo de honradez y consecuencia revolucionarias; a la nueva juventud altoamazonense que abraza los ideales del socialismo; a todo nuestro pueblo que sabrá caminar con firmeza para conquistar su derecho a vivir en un país de hombres libres y dignos.
Estamos aquí, como siempre, para partir de nuevo, como afirmara el fundador del socialismo peruano, José Carlos Mariátegui.
Gracias por permitirme llegar con la palabra escrita a numerosos corazones que quieren la justicia, el desarrollo y la prosperidad para las grandes mayorías.
Yurimaguas, 9 de agosto del 2005
José Ramos Bosmediano
EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO (TLC) ENTRE EEUU. Y EL PERU, ECUADOR Y COLOMBIA
I. MARCO POLÍTICO Y CONCEPTUAL
El TLC no puede entenderse cabalmente si sólo se le trata como un fenómeno desligado del funcionamiento actual del sistema capitalista mundial y de las confrontaciones políticas entre las potencias capitalistas entre sí por el dominio de los mercados en un proceso de globalización bajo la hegemonía principal de los EEUU. Tampoco puede ser entendido al margen de la aplicación del proyecto imperialista neoliberal dirigida, asimismo, por la potencia del norte. Especialmente en el Perú, el TLC es presentado por los intelectuales y la prensa de la derecha como una simple pugna entre agricultores y los empresarios estadounidenses, o entre los empresarios peruanos de la medicina y los de los EEUU. ¡Pues no es así!
El TLC es un asunto más complejo de lo que parece. La población peruana apenas si percibe la propaganda que pomposamente difunde el gobierno peruano y sus "negociadores" para convencer a todos de la necesidad de firmar dicho tratado por los "grandes beneficios" que nos deparará en el corto y largo plazo. La falta de comprensión de esta propuesta imperialista hace que tanto en Ecuador, como en Colombia y en el Perú no se haya organizado un fuerte movimiento de resistencia, y porque las fuerzas políticas y sociales llamadas a promoverla no lo están prestando el interés suficiente. Así ocurrió en México, antes y durante el proceso de las negociaciones; y sólo después de consumado el TLC surgieron muchas voces críticas frente a los negativos resultados para la economía, la agricultura, la industria, la cultura y la educación mexicanas. Una de ellas, en la basamos la parte fundamental de nuestros argumentos, es la del Dr. Hugo Aboites, maestro universitario y especialista en temas de economía (1).
La economía mundial capitalista es el programa o modelo neoliberal, cuyos ejes centrales de su aplicación son la apertura de los mercados de los países subdesarrollados para los conglomerados o transnacionales que marcan la voracidad del imperialismo y la globalización que enriquece más a unos cuantos y empobrece más a por lo menos las tres cuartas partes de la humanidad. El otro eje son las privatizaciones de las empresas, bienes y servicios públicos para convertirlos en propiedades de la gran burguesía de los países pobres, pero, principalmente, de la burguesía internacional dominante. Un tercer eje de aplicación es la creación de un vasto mercado libre de desocupados, como "ejército industrial de reserva", para su contratación en condiciones de inestabilidad y remuneraciones de sobreexplotación, condiciones de las que no se salvan ni los profesionales de formación universitaria, y donde los peores tratos laborales recaen en las mujeres y niños, estos últimos que ya suman 280 millones sometidos a trabajos inhumanos; la explotación capitalista neoliberal de los trabajadores y la anulación de los derechos conquistados en los últimos dos siglos son parte de este eje de aplicación, con el argumento falaz de que la estabilidad laboral es contraria a la productividad de los trabajadores y a la creación de nuevos puestos de trabajo, como si no supiéramos que durante el fujimontesinismo, sin estabilidad laboral, el desempleo aumentó al lado del trabajo informal o de subempleo. Todas estas políticas económicas neoliberales se resumen, en los países pobres, como el ajuste estructural con shock, con despidos masivos, con devaluaciones monetarias, con nuevas leyes y constituciones que permitan privatizar y entregar el destino de los países a los grandes empresarios y sus inversiones, el trato prioritario del pago de las inmorales deudas externas.
La política imperialista neoliberal predica la desaparición de las fronteras nacionales, pues la globalización hace innecesaria tener patria o defender el Estado-nación. Pero este supuesto sólo vale para las naciones pobres, pero los países capitalistas cuidan y buscan en todo momento expandir su dominio nacional a través de su hegemonía económica, militar y tecnológica.
En el marco económico y político someramente descrito se crea la Organización Mundial del Comercio (OMC) a principios de los años 90. La OMC es un organismo ideado por los EEUU. y los demás países imperialistas para normar el comercio mundial de acuerdo con sus intereses, para regular, a su favor, el "libre flujo de las mercancías" en el mundo. En otras palabras, ya no les bastaban el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para seguir dominando el mundo. Su globalización les exigía un nuevo organismo de persuasión a los países pobres para hacerles creer que los intereses de las transnacionales financieras, comerciales e industriales eran también los intereses de los pobres. Esta OMC tiene un conjunto de normas que regulan el comercio mundial en los mercados abiertos al flujo de mercancías. Estas normas son aplicadas a los TLC según las características de los países a los cuales se les va aplicar la cadena de una mayor opresión. Antes de citar algunas de esas normas, debemos agregar que, para los fines de la hegemonía estadounidense en América Latina, aquella potencia ha creado el ALCA o Area de Libre Comercio para la Américas, una organización que regularía el libre comercio en este continente. Los gobernantes estadounidenses pretendieron, en un solo bloque, encadenar a todos nuestros países, con excepción de Cuba, a la apertura comercial en las condiciones impuestas por ellos. Bien se sabe que en el 2003, en Cancún (México), un grupo considerable de países se opusieron a las condiciones imperialistas, al lado de la lucha de miles de trabajadores y estudiantes que lograron romper la cerca de acero de los negociadores reunidos en ese lugar, donde se inmoló un campesino de Corea del Sur como protesta trágica frente al intento de destruir la pequeñas y medianas economías agrarias por la voracidad de los grandes empresarios y comerciantes de los EEUU. Debo decir que me cupo el honor de estar presente en esa lucha como parte del grupo de colaboradores de la Red Social para la Escuela Pública en América (Red SEPA). El ALCA no pudo seguir funcionando, lo que obligó a los EEUU. a volver a la táctica de tratar con cada país para envolverlos poco a poco, como ya lo había hecho, en 1992, con México, país al cual le obligó a firmar el TLC EEUU.-México-Canadá o NAFTA en vocabulario inglés. Esta vuelta a los TLC nos ha llegado desde el 2004.
De acuerdo con las normas de la OMC el TLC utiliza ciertos conceptos y principios que rigen el tratado y las negociaciones para llegar a "acuerdos de consenso" y luego firmar:
El concepto de servicios. Todo servicio es sinónimo de mercancía, objeto de transacción comercial, de precio en el libre mercado, englobando en este concepto no sólo a los bienes materiales, sino a todos los servicios sociales y a los bienes culturales. Tanto bienes materiales como culturales son considerados como transables, es decir, como bienes que pueden intercambiarse comercialmente en el plano internacional. Para no hacerse notar mucho, los neoliberales han creado, para los bienes culturales y los servicios sociales, la denominación de "servicios económicos de interés general", negociables en todos los sentidos.
Clasificación de los servicios. Sea cual fuera el servicio, adquiere diversos tipos en el proceso de su oferta y demanda, o sea de su comercialización transnacional: a) servicio de suministro transfronterizo, cuando desde el extranjero se ofrece el servicio en otro país, sin la necesidad de presencia física del lo ofrece, como cuando se trata de educación a distancia, por ejemplo, o por internet, etc.; b) servicio de consumo en el extranjero, cuando los que necesitan el servicio se trasladan al país extranjero para recibirlo, como cuando enfermos nacionales van a otro país para curarse, o que personas de un país se trasladan a otro para estudiar o seguir estudiando en éste; c) servicio de presencia comercial, cuando una empresa de un país extranjero se traslada a otro para dar el servicio con presencia física; d) servicio de desplazamiento comercial, cuando técnicos y otros profesionales de un país extranjeros se trasladan a otro país para ofrecer el servicio en éste, como es el caso de los asesores, profesores o técnicos extranjeros que vienen para preparar profesionales nacionales. Es fácil darse cuenta que con esta clasificación y este manejo del comercio los países pobres no pueden ni podrán competir con los ricos, pues la brecha en ciencia y tecnología se seguiría ahondando al desnacionalizarse la dotación de los servicios;
El carácter global de los acuerdos. El TLC no sólo tiene que ver con el comercio como engañosamente se denomina. Su contenido es económico, político, técnico y cultural. Lo que pasa es que lo comercial es la característica común de todos los servicios. Mienten los negociadores cuando dicen que en el TLC sólo se discuten asuntos técnicos y no políticos, pretendiendo encubrir los objetivos políticos, económicos y culturales de la dominación imperialista. Considerado en su conjunto, el TLC es un tratado político porque quien define las reglas de juego es un Estado imperialista y tiene profundas implicancias sociales en el país pobre;
El carácter irreversible de los acuerdos. Una vez firmado el acuerdo, ya no es posible retroceder ni decir "me he equivocado y voy a rectificar" como han dichos nuestros incapaces parlamentarios cuando aprobaron la ley que dejaba libre a los delincuentes con corbata para computar un día de cómodo "arresto domiciliario" por un día de encarcelamiento, o "Ley Wolfenson". El TLC es un camino sin retorno, salvo que en el país pobre se produzcan hechos extraordinarios que cambien las condiciones políticas y sociales. Este carácter irreversible tiene hoy una denominación especial: la de ser vinculante: los que lo firman deben cumplir con lo establecido en el tratado, irremediablemente;
La eliminación de barreras. Si en un país a donde llegan los inversionistas extranjeros hay leyes o normas constitucionales de limitan o restrinjan las operaciones o las transacciones de aquéllos, el nacional (país que recibe las inversiones) debe cambiar esas leyes o eliminarlas, lo que significaría, por ejemplo, que si a un empresario extranjero le estorban las exoneraciones tributarias que hay en ciertos países para apoyar el desarrollo de algunas regiones, dichas exoneraciones deben ser eliminadas, como ya se están adelantando en el Perú lo neoliberales que pretenden anular las exoneraciones tributarias de la Amazonía peruana; así como pretenden liberalizar la profesión docente para que el libre mercado decida el proceso de la educación en el Perú (privatización generalizada abierta a la transnacionales). Al respecto es bueno transcribir el siguiente parrafillo perteneciente al TLC: "Las partes no podrán adoptar medidas que restrinjan o prescriban los tipos específicos de persona jurídica o de empresa conjunta por medio de los cuales un proveedor de servicios puede suministrar un servicio"(2), expresiones algo enrevesadas como para que no entendamos los "cholitos", incluso algunos parlamentarios;
Trato nacional y no discriminación. Ningún Estado firmante del TLC puede establecer condiciones favorables para sus nacionales, tanto en lo que se refiere a las adquisiciones de bienes y servicios por el Estado como en el proceso de las licitaciones y adjudicaciones. En otras palabras, los empresarios extranjeros deben tener un trato igual al que el Estado peruano da a los nacionales. Ni el propio Estado puede crear para sí condiciones favorables frente a los extranjeros. Todo diferendo se resuelve en la vía internacional si es que el Estado nacional incumple con el trato nacional y no discriminación.
Las consideraciones generales expuestas puede servir para una comprensión mejor de la naturaleza misma del TLC que Perú, Ecuador y Colombia vienen "negociando" con el
Supuesto campeón de la democracia, los EEUU.
II. EL TLC Y EL PROCESO DE LAS NEGOCIACIONES
Además de los conceptos neoliberales anotados que se utilizan en los tratados de libre comercio bajo las normativas de la OMC, hay que señalar las particularidades impuestas en el proceso de las negociaciones del actual TLC que Perú Colombia y Ecuador vienen sosteniendo con los EEUU., sin importar quienes sean los negociadores, pues estos deben actuar en concordancia con la "voluntad" de los gobiernos de turno.
En tal sentido, la primera característica de tales negociaciones es su secreto. Nadie sabe lo que en realidad se negocia, salvo algunos gobernantes y los negociadores directos, pero no los invitados ni los periodistas que supuestamente informan de los resultados. Los invitados, incluidos los parlamentarios, son invitados al "cuarto de al lado", una sala que está cerca aquélla donde los negociadores directos intercambian sus propuestas, si es que en realidad las tienen más allá del texto elaborado por el gobierno de EEUU.. Terminada la jornada de discusiones del día o de la ronda, los negociadores informan a los invitados, de tal manera que estos escuchan lo que los primeros les dicen, sin garantizar que esa es la versión real de lo que han discutido. Este carácter secreto lo es más para la ciudadanía del país andino (Perú, Ecuador, Colombia, pues Bolivia y Venezuela no se han unido al juego del TLC hasta hoy). Lo más gracioso, pero también indignante por humillante, es que al final, el que votará para aprobar o desaprobar el TLC son los parlamentos de cada país, lo que no es un problema para los EEUU ya que ellos son los padres de la criatura. ¿Sobre qué van a votar nuestros parlamentarios?
La otra característica del TLC que se está discutiendo es la inflexibilidad de los EEUU. para admitir cualquier propuesta de los andinos que limiten lo que ellos están proponiendo. Esta es la razón para que las negociaciones no hayan culminado en la fecha prevista y se haya decidido prolongarlas hasta septiembre y, acaso, octubre del 2005, habiendo empezado en el 2004. Las tan ponderadas rondas de negociaciones, de 8 previstas, ya son 11, y se han programado 2 más. Esta situación de entrampe de las negociaciones ha dado origen a la realización de "minirondas", especie de conversaciones bilaterales de cada uno de los países andinos con los EEUU, entre ronda y ronda, para que el país andino pueda "convencer" al gobierno de Bush sobre aquello que sus negociadores no ceden. Rondas y minirondas no han producido, hasta hoy, nada importante para los países andinos.
Está la característica del tratamiento tecnocrático de los aspectos del TLC, es decir que las negociaciones toman los temas como exclusivamente técnicos, sin sus implicancias políticas, acusando a quienes critican o proponen algo diferentes de "políticos" que se oponen al desarrollo del país, incluso a los empresarios agrarios del Perú que buscan ventajas para sus intereses. Los negociadores, según ellos mismos se califican, no son políticos, son "técnicos", incluso se autodenominan "patriotas", cuando bien sabemos que todos, absolutamente todos, negocian bajo los parámetros del neoliberalismo, ideología económica y política, cultural y filosófica pragmatista e individualista.
Hay una característica mediática (impulsada a través de los medios de comunicación en poder de la burguesía y al servicio de los gobiernos neoliberales) de ofensiva propagandística sobre la "necesidad nacional" de firmar el TLC "sí o sí", como lo viene diciendo el Presidente Toledo con su castellano a pedazos. Esta propaganda se resume en el eslogan que minuto a minuto bombardea el cerebro de millones de peruanos: "vendiendo más afuera creamos más trabajo adentro", la misma promesa que Canadá y EEUU. hicieron a México para que el gobierno de Carlos Salinas de Gortari firmara el NAFTA. La propaganda ofrece más trabajo, más inversiones, más tecnología, más exportaciones, desarrollo industrial y un intercambio de nuestro pobre país con el mercado más grande del más grande país del mundo, nada menos.
Por último, y para colmo de los 3 países andinos incursos en las negociaciones, no hay unidad entre ellos para proponer ni para presionar al unísono frente al dinosaurio del Norte. Además de hormigas, nuestros países buscan beneficios cada uno por su lado. Así, antes de la caída de Gutiérrez en Ecuador, éste gobierno tenía la misma posición de Toledo y de Uribe de Colombia, mientras que la oposición a Gutiérrez, la de Palacio hoy en el gobierno, buscaba un referéndum para que el pueblo ecuatoriano decida con su voto. Sin embargo ahora el nuevo gobierno del Ecuador ha adoptado una posición favorable al TLC. En materia agrícola, en Colombia hay más permeabilidad de los empresarios agrarios de ese país, mientras que en el Perú y Ecuador hay mayores exigencias. Es que los gobiernos andinos y latinoamericanos siguen desunidos frente a las políticas imperialistas. Sus respuestas, por ende, son desarticuladas de un proyecto real de unidad latinoamericana, como Bolívar y José Martí lo concibieran en el siglo XIX. El MERCOSUR, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la reciente Comunidad Sudamericana de Naciones no pasan de ser todavía proyectos burocráticos, salvo la última Cumbre de la CAN realizada en Lima los días del 17 al 19 de julio 2005, en la que se tomaron acuerdos, con el impulso del gobierno venezolano del Presidente Hugo Chávez, sobre el la integración subregional andina, la alianza energética o PETROANDINA, el sistema alternativo de comunicaciones o TELESUR que ya está funcionando desde Venezuela, la lucha integral contra las drogas y la necesidad de negociar tratados enmarcados en la Decisión 598 de la CAN que se aprobó en julio del 2004, que obliga a todo estado de no permitir que otros tratados de comercio o similares vulneren los derechos de los países andinos, lo que EEUU contradice en sus propuestas del TLC. Un proyecto de integración antiimperialista nuevo es la Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe (ALBA), también con el impulso del actual gobierno de Venezuela, como una alternativa al TLC del imperialismo norteamericano.
III. CONTENIDO DEL TLC EEUU/PERU-ECUADOR-COLOMBIA
¿Qué es lo que se está negociando en el TLC que nos ocupa y cuáles son las posiciones de los negociadores oficiales, de los sectores involucrados y de las fuerzas políticas y sociales? Sólo nos referiremos a los contenidos principales, pues suman más de 20 las mesas de negociaciones o temas específicos.
En agricultura
a) La exigencia norteamericana de apertura y eliminación de aranceles o impuestos para la introducción de productos agrícolas a los países, presumiendo que esta apertura es beneficioso para todos los países y las poblaciones involucradas; sin embargo, al mismo tiempo EEUU se niega a eliminar los subsidios agrícolas a sus productores del campo, lo que permite a estos costear en parte sus costos de producción y vender sus productos a menor pecio (precios subsidiados de comercialización), lo que ya es una ventaja grande para ellos y una clara desventaja para los países andinos;
b) Trato nacional y no discriminación en el agro, lo que significa que para las ventas al Estado, por ejemplo para el vaso de leche, nacionales y extranjeros recibirían el mismo trato, pero en realidad, tratándose de las licitaciones, no hay duda que estarían en ventaja los productores y comercializadores de EEUU por su mayor capacidad de rebajar sus precios.
Ambas condiciones generarían, de firmarse el tratado, la destrucción de la pequeña y mediana producción agropecuaria para el mercado interno y sólo tendría posibilidades de sobrevivir la producción agraria y agroindustrial para la exportación. De igual manera, se produciría la introducción indiscriminada en los países andinos de productos alimentarios que perjudicarían los precios y, por supuesto la producción de los denominados productos sensibles como la caña de azúcar, el arroz, el maíz duro amarillo, la soya, el trigo, el algodón como insumo dela industria textil, principalmente. Aun cuando EEUU eliminaría los subsidios agrícolas en su país, las desventajas de la apertura y la eliminación de barreras tributarias constituiría una segura pérdida para los andinos. Hace décadas que se viene planteando lograr nuestra independencia alimentaria, pero en lugar de avanzar en ese terreno, seguimos más subordinados a los productos de importación, lo que se agravaría más con el TLC.
En la industria
a) Eliminación de los incentivos tributarios para la industria nacional en aplicación de los principios del TLC sobre "trato nacional y no discriminación";
b) Introducción libre de bienes manufacturados usados y ropa usada desde los EEUU hacia los mercados andinos.
Ambas condiciones son perjudiciales para el Perú y sus hermanos andinos. No se necesita ser adivino ni economista de fama para darse cuenta que dichas condiciones nos crearían mayores dificultades para desarrollar una industria nacional en todos los campos de la producción, inclusive en el propio turismo, pues estos preferirían consumir las manufacturas importadas, llevándonos a la quiebra de nuestra siempre débil industria nacional, pues ésta no podría sobrevivir solamente con la exportación de sus productos, porque el mercado estadounidense para nuestros productos tiene escasa importancia.
En propiedad intelectual
Todo invento o fórmula nueva, o creación intelectual en el campo de la cultura da a su autor el derecho a la propiedad intelectual. En el TLC hay dos exigencias fundamentales que los EEUU buscan imponernos:
a) La primera, sobre las patentes o pruebas de datos, que son los borradores de las formulas encontradas y usadas originalmente para la fabricación de medicinas, que pueden ser utilizadas después en otros países, con las licencias correspondientes para la fabricaciones de productos genéricos con precios más accesibles para la población de los países pobres. Pues las transnacionales de la medicina de EEUU presionan para las fórmulas se usen después de cinco años, es decir, cuando nuevas medicinas hayan sido ya inventadas para las mismas enfermedades o sus variantes; de tal manera que en los países andinos se crearían más problemas para que la población tenga más acceso a las medicinas, pues los precios no estarían al alcance de las mayorías nacionales, como lo señalan cálculos muy serios sobre el alza de precios que se producirían si el Perú llega a firmar el TLC;
b) Contradiciendo su propia exigencia anterior, EEUU pretende libre patentitividad para nuestros recursos naturales que constituyen la biodiversidad, desconociendo, con criterio mercantil, nuestra propiedad sobre nuestros recursos genéticos y nuestro conocimiento ancestral sobre especies de esa biodiversidad, conocimiento que es producto de miles de años de relación hombre-naturaleza en nuestro país. De firmarse el TLC, simplemente se estaría firmando el epitafio de nuestros recursos de la biodiversidad y del conocimiento de las poblaciones indígenas y nativas, propiciando su posterior destrucción, pues los nuevos dueños los llevarían a su país para desde allí inundar nuestros países con los productos sometidos a nuevos tratamientos genéticos.
Educación y Cultura
Es el aspecto menos comentado por los analistas y los medios de prensa, sin embargo, es uno de los aspectos más peligrosos del TLC, pues, como ya se dijo al principio, la educación y la cultura son considerados "servicios económicos de interés general" o simplemente servicios negociables. Tanto en el Perú como en Colombia, las correspondientes nuevas constituciones y sus nuevas leyes de educación establecen las mejores condiciones para la transnacionalización de la educación, como privatización y trato comercial de la misma, eliminando la educación como derecho social y derecho humano de segunda generación, como servicio gratuito y universal, situación que ya se está viviendo en toda América Latina y El Caribe, excepto Cuba y el nuevo rumbo que está tomando la educación en Venezuela. Este proceso inicial de neoliberalización (léase privatización y desnacionalización) de la educación se ahondaría con la firma del TLC:
a) Consecuencias en las políticas educativas: i) los Estados andinos firmantes mantendrán y profundizarán la tendencia neoliberal de reducción del presupuesto de educación para la enseñanza pública, reduciendo también la cobertura de ésta, abriendo más el camino para una mayor privatización; ii) las políticas educativas apuntalarán más los criterios de la comercialización del servicio y una expansión anárquica de la competencia en la oferta, pasando el marquetin "educativo" al primer plano como relación entre las escuelas y los estudiantes, donde el lucro será la única motivación de los "promotores", como ya viene siendo; iii) los Estados abandonará con mayor facilidad sus responsabilidades económicas y políticas en el campo de la educación y cultura, transfiriéndolas hacia el sector privado en lo que se refiere a la gestión y propiedad, y a los padres de familia en lo referente al gasto educativo; iv) con la firma del TLC la educación será valorada en tanto y en cuanto involucre a quienes quieran invertir en ella, y claro que no faltarán, especialmente las transnacionales de la educación como ya viene ocurriendo en México con la presencia de la transnacional estadounidense "Sylvan Learning Systems, que viene comprando universidades e institutos tecnológicos en ese país, avanzando, además, en la práctica del servicio educativo transfronterizo, advirtiendo también que las transnacionales ya han calculado que hay un mercado de 1000 millones de "clientes" potenciales para la educación superior, es decir, para las inversiones gigantescas en educación;
b) Consecuencias en los contenidos de la educación: i) relacionada con la cultura, la primera consecuencia es la mayor desnacionalización de la educación y la cultura, lo que significa una mayor pérdida de las identidades nacionales a través de contenidos y metodologías ajenas a éstas; ii) la imposición de contenidos curriculares tecnocráticos en función de las tecnologías que se pretenden introducir para atarnos a ellas, pero también formando hombres "unidimensionales" como decía el filósofo Herbert Marcuse, sólo aptos para servir a un sistema industrial que hoy se mueve en el campo de la competencia individualista, sin tener en cuenta el gran objetivo de la formación integral del hombre.
Para comprobar mejor lo que venimos señalando respecto a la educación y la firma del TLC, leamos un párrafo del Informe de la Comisión de la Representación Comercial Norteamericana (USIR) al Congreso de los Estados Unidos, como parte de sus recomendaciones: "Las reducciones arancelarias no tienen mayor importancia económica para ninguno de los dos países puesto que ambas economías ya están abiertas. En cambio, el impacto en la redacción de barreras no arancelarias vinculadas a servicios e inversiones y el fortalecimiento del derecho de propiedad intelectual es importante. Eso nos sirve, sobre todo, como antecedente para la firma de otros acuerdos" (3).
IV. POSICIONES FRENTE AL TLC
¿Qué hacer frente al TLC? Es casi como preguntarse qué hacer frente al ALCA; más aún, alcanza también a la interrogación de qué hacer frente al neoliberalismo, programa estratégico actual del capitalismo y del imperialismo. Tanto en los países centroamericanos como en los latinoamericanos se observa tres posiciones, tres posturas, tres actitudes, según sean de aceptación ciega del TLC, de rechazo moderado o de oposición y combate.
La posición de apoyo y defensa del TLC significa promover su firma al estilo del gobierno peruano, con el vulgar "sí o sí", expresión que significa la existencia de una sola alternativa, la de firmar porque de lo contrario el país supuestamente perdería su gran oportunidad para progresar y desarrollarse. Esta postura corresponde a los neoliberales netos que continúan el programa dejado por el gobierno del fujimontesinismo. Aquí están alineados el gobierno con Toledo y sus ministros Kuszynsky y Ferrero, Ministro de Comercio; están los empresarios agrupados en la Asociación de Exportadaores (ADEX), la Sociedad Nacional de Industrias (SIN) y la Confederación de Instituciones Empresariales del Perú (CONFIEP), dueños de los más grandes medios de prensa y ciertos periodistas que venden su imagen a las empresas transnacionales como mercachifles de su propia conciencia; están los partidos de la derecha conservadora como el PPC y su fachada Unidad Nacional, naturalmente Perú Posible y su socio el FIM, sectores del APRA y de Acción Popular, Solidaridad Nacional de Castañeda Lossio, entre los más visibles.
La posición de apoyo moderado a la firma del TLC son sectores que consideran lo beneficioso que puede ser el TLC si durante las negociaciones se pueden conseguir puntos que nos permitan tener más ventajas que desventajas. Esta posición es tan pragmática como la de los que apoyan la firma incondicionalmente y proceden de sectores ligados a la mediana empresa, tanto en la agricultura, la ganadería como la industria, especialmente la textil. Se encuentran interesados en presionar mediante manifestaciones de masas, bloqueando carreteras y exigiendo su participación en las negociaciones. Su actitud es la de defender sus intereses de sector, sin tener en cuenta los intereses del país y del pueblo en su conjunto. No alcanzan a comprender el carácter instrumental del TLC respecto a la continuidad del programa neoliberal; tampoco se interesan por los problemas de la educación y la cultura. Están, además, los empresarios nacionales de la fabricación y comercialización de las medicinas. Políticamente están representados por el lado menos neoliberal del APRA y de AP, por fuerzas socialdemócratas organizados en el PDD de Javier Diez Canseco y del PDS de Susana Villarán, del denominado Partido Humanista de Yehude Simon. Esta posición intermedia, si bien es cierto contribuye a desenmascarar la intransigencia de EEUU frente a la exigencias de los sectores que buscan ventajas en el TLC, a la larga hacen el juego a los recalcitrantes defensores del tratado.
En tercer lugar está la posición de oposición y combate al TLC. Las fuerzas de la izquierda revolucionaria, intelectuales y estudiantes de izquierda, sectores populares organizados, consideramos que el TLC no sólo no debiera de firmarse sino, inclusive, ni debiera de discutirse, pues, como ya demostramos, sus parámetros son una camisa de fuerza que EEUU pretende imponer a los países andinos. Consideramos pertinente señalar dos tipos de argumentos: el primero, relacionado con el contexto económico y político en que se enmarca el TLC; el segundo, de carácter práctico relacionado con la experiencia mexicana del NAFTA.
a) Primer argumento: firmar el TLC es mantenerse en la órbita del dominio del neoliberalismo y su programa de ajuste estructural, de sus políticas económicas de apertura de los mercados en beneficio de las transnacionales, que no es lo mismo la apertura de la economía china a las inversiones y al comercio internacional, pues esa economía está controlada por el Estado y este Estado no se ata a ningún tratado en particular, sino que firma convenios con quienes cree conveniente. Rechazar el TLC que nos pretende imponer EEUU no es aislarse del comercio internacional, pues hay múltiples alternativas para firmar convenios según sean o no beneficiosos para el Perú; de tal manera que la oposición y combate al TLC es parte de la lucha contra el neoliberalismo y contra el imperialismo, optando por una alternativa de desarrollo nacional integral y autosostenido o autocentrado como conciben los economistas Theotonio Dos Santos y Samir Amin;
b) Segundo argumento: es la experiencia del pueblo mexicano a raíz de la firma del TLC con EEUU y Canadá. Para convencer al pueblo mexicano de las supuestas ventajas de la firma de ese tratado los neoliberales, de dentro y de fuera del país de Benito Juárez y Emiliano Zapata, ofrecieron que México se convertiría en poco tiempo en un país, nada menos, del Primer Mundo; que en México iba a incrementarse el empleo digno, el "chorreo " de pesos y dólares" debido a las grandes inversiones, el desarrollo de la agricultura y de la industria; amén de todas las ventajas del capitalismo consumista de los EEUU. ¿Y qué ha ocurrido hasta la actualidad desde la firma del tratado en 1992? Tratemos de resumir en unas cuantas líneas:
i) la gran crisis financiera mexicana de fines de 1994 y el primer día de enero de 1995, cuando todos aquellos capitales extranjeros que llegaron por los beneficios de las inversiones en las privatizaciones simplemente desaparecieron de México (capitales especulativos golondrinos), como desaparecieron también las reservas internacionales mexicanas, quedándose el país azteca en ruina económica, lo que le obligó más que duplicar su ya elevada deuda externas bajo las condiciones del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, organismos que le habían "recomendado" la firma del TLC;
ii) la indiscriminada privatización de las grandes empresas mexicanas en medio de un proceso de corrupción que llevó a la familia gobernante, en un caso, a la cárcel y, en el caso del ex Presidente Salinas de Gortari, a la fuga como ha ocurrido en el Perú con Fujimori Fujimori, todo en beneficio de las transnacionales;
iii) la instalación de las maquilas o fábricas ensambladoras de distintos tipos de manufactura en territorio mexicano, usando mano de obra barata, sin derechos sociales y de carácter temporal, con el agravante de la prostitución de las trabajadoras jóvenes y el aumento del trabajo infantil en condiciones inhumanas;
iv) la reducción considerable del peso de la industria nacional mexicana ante la avalancha de las inversiones extranjeras para promover una industria de exportación, al margen del mercado interno; pero también la inundación de este mercado interno con bienes de consumo importados para sectores medios y altos de consumidores;
v) más exportaciones pero con destrucción de la industria manufacturera mexicana;
vi) el colapso de la agricultura mexicana para el consumo interno en beneficio de la agro-exportación en manos de la burguesía agraria nacional y extranjera, a tal punto que llegó, en estos años del siglo XXI, la crisis de la tortilla de maíz, alimento básico de todos los mexicanos, pues más ganancias obtienen los empresarios que lo producen exportando que vendiendo en México;
vii) aumento de la delincuencia, la prostitución y el trabajo infantil en condiciones inhumanas, a tal punto que las bandas de narcotraficantes se han apoderado de las fronteras México-Estados Unidos;
viii) mayores niveles de emigración ilegal de mexicanos a los EEUU en las peores condiciones de los "viajes" y de permanencia en el el supuesto "modelo de democracia" made in USA;
ix) el cambio de las condiciones de la educación mexicana, abriéndose a la privatización y a la enseñanza confesional, sobre todo a la desnacionalización de la educación y cultura mexicanas con la presencia de la inversión extranjera en la educación, como es el caso que mencionamos de la "Sylvan Learning Systems".
No nos equivocamos, pues, ni exageramos cuando consideramos que la firma del TLC que nos está "vendiendo" EEUU significaría, con toda seguridad, todo lo contrario al desarrollo de nuestro pueblo. Por ello podríamos concluir definiendo al TLC como un proyecto imperialista que arrasa con todo lo que encuentra en su paso, concentra más el poder económico en pocas manos y genera mayores distancias entre pobres y ricos, como lo señala la analista Ariela Ruiz Caro, columnista de "La República" de Lima.
Quienes sostenemos la oposición y combate al TLC nos situamos en la lucha por una nueva alternativa de economía que no sea el capitalismo, en unidad también con la lucha antiglobalización que los pueblos vienen levantando frente al capitalismo salvaje. Organizar esta lucha en cada ciudad y en el campo es una de las grandes tareas de los que adherimos al socialismo, desde las fuerzas políticas revolucionarias, sindicatos, frentes de defensa y otros colectivos.
LA DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERU
I. LA DESCENTRALIZACIÓN COMO FENOMENO ECONOMICO Y SOCIAL MODERNO
Si bien es cierto que al analizar los estados esclavistas o lo estados feudales, o las sociedades asiáticas y los grandes imperios meso y sudamericanos podemos descubrir fuertes rasgos de centralismo en su administración política y militar, ese centralismo era casi inevitable dado que las fuerzas productivas (herramientas, tecnología) estaban poco desarrolladas y ese desarrollo era sumamente lento, por tanto su capacidad de expansión hacia las poblaciones del interior de dichas sociedades era exigua. El propio dominio del territorio era también limitado por la falta de medios de trabajo para construir medios de comunicación eficaces.
Con el desarrollo del modo de producción capitalista, especialmente desde el siglo XVIII cuando ese desarrollo se vuelve cada vez más acelerado y especialmente expansivo, aparece el hecho de la difusión más amplia de los frutos de ese desarrollo, como el fenómeno que posteriormente se denominaría la descentralización. Era ya una necesidad que el desarrollo debía de llegar a todo el territorio del país, puesto que el propio desarrollo de las fuerzas productivas en el capitalismo generaban la tendencia expansiva del progreso en todos los ámbitos de la vida moderna.
Consideramos que el desarrollo económico capitalista impulsó la descentralización en forma casi "natural" de la Europa moderna de los siglos XVIII y XIX, proceso que siguió produciéndose en el siglo XX sin convertirse la descentralización en un tema central de debate, como viene ocurriendo entre nosotros, salvo los casos en los cuales el desarrollo capitalista fue tardío como veremos en seguida. Inglaterra, Holanda, Francia, Alemania, Italia y los países escandinavos son los países de la descentralización temprana.
El desarrollo acelerado del capitalismo en los Estados Unidos, durante todo el siglo XIX, impulsó también la descentralización federalista en ese país, con un fuerte espíritu de unidad nacional.
Podemos también referirnos a algunos países de descentralización tardía, que coincide con su desarrollo capitalista reciente, como es el caso de Canadá, país que venía padeciendo, hasta hace 30 años no más, problemas de propuestas descentralizadoras y hasta separatistas de ciertas provincias; el caso de España que continúa con el problema de sus autonomías y una regionalización cuyas tensiones con han concluido.
El caso de los países latinoamericanos y caribeños constituye no sólo un problema de descentralización tardía, sino de lo que un joven investigador peruano ha denominado
"la descentralización ficticia", refiriéndose al caso peruano. Se trata de descentralizaciones truncas y fracasadas que coinciden con el desarrollo de un capitalismo desigual, lento y dependiente de las fuerzas económicas extranjeras más desarrolladas.
El caso de Cuba constituye el impulso de la descentralización por un programa de reformas de carácter socialista, una revolución que promueve el desarrollo de una nueva economía y una nueva sociedad, superando su pasado capitalista y, por ende, centralista en las condiciones de una economía dependiente y neocolonizada hasta 1959.
Con toda la importancia que pueda tener el impulso consciente de los procesos de descentralización, como los intentos hechos en la historia republicana del Perú, la descentralización no es una variable independiente ni un factor determinante del desarrollo económico y social. Es, más bien, una variable dependiente del factor económico y del factor social. Es un fenómeno económico y social del mundo moderno. Su naturaleza y su proceso no pueden ser comprendidos ni realizados al margen de la economía. Esto vale también para la descentralización en los procesos de construcción socialista, cuyo desarrollo facilita grandemente la descentralización de un país.
II. FACTORES QUE DETERMINAN E INFLUYEN EN LA DESCENTRALIZACIÓN
2.1. El desarrollo económico y el desarrollo social integrales, como fenómenos concurrentes e interrelacionados para promover el desarrollo humano en todo el ámbito de un Estado; lo contrario significa simplemente la descentralización de la pobreza;
2.2. La existencia de un proyecto nacional estratégico que construya el futuro desarrollo del país, con sus ejes fundamentales, sus estrategias y sus metas finales;
2.3. La fuerza política capaz de conducir el Estado, el proceso de transformaciones necesarias y unir a todo el país en torno al proyecto nacional, poniendo en movimiento a las fuerzas sociales organizadas y dispuestas a impulsar el desarrollo del país;
2.4. La delimitación correcta de las regiones como unidades geoeconómicas principalmente, pero también culturales e históricas;
2.5. La integración física del país a través de medios de comunicación que hagan posible el flujo permanente personas y bienes, así como la interrelación entre las regiones y pueblos del interior del país.
Debería de quedar claro que los dos primeros factores constituyen los principales para hacer posible la descentralización de un país. No debemos cometer los errores de concepción que vienen ocurriendo en el Perú, al considerar que la descentralización es un problema de regionalización o de delimitación territorial simplemente; o un problema jurídico de leyes sobre la descentralización; o un proceso de elección de autoridades regionales. Estos son instrumentos de la descentralización pero no la definen en su naturaleza ni en su dinámica económica y social. Todos los intentos fracasados de descentralización en el Perú se explican, en gran parte, por esos errores de concepción, a tal punto que las descentralizaciones propuestas y actuadas se convirtieron en simples formalidades. En última instancia, la descentralización de un país es parte de su democratización.
III. LA DESCENTRALIZACIÓN EN EL PERU
3.1. José Carlos Mariátegui, Jorge Basadre, Víctor Andrés Belaúnde y Emilio Romero, quienes ha sido los pioneros y los más acuciosos estudiosos de la descentralización en el Perú, se han interesado por los factores que han impedido que la descentralización se convierta en un hecho en nuestro país. Nos señalan como factores adversos la concentración antidemocrática del poder en Lima y en algunas otras ciudades respecto a la región o ámbito territorial donde ejerce su influencia económica; la estructura terrateniente del país, situación que supervivió hasta la década de los 60 inclusive; las condiciones geográficas del territorio peruano. Jorge Basadre llegó a firmar que los gobernantes y la burocracia afincados en Lima no quieren que el Perú se descentralice porque tienen miedo de perder el poder que ejercen desde la capital. Hay un espíritu centralista que sólo puede romperse con un proceso de transformaciones profundas en la estructura económica y en la estructura social.
3.2. Otros elementos que nos interesa mencionar son las formas fracasadas de la descentralización en el Perú. En esto también debemos a los investigadores mencionados el señalamiento de la forma municipal de la descentralización y de la descentralización departamentalista. En ambos casos, ni las transferencias de funciones del gobierno central hacia las municipalidades y hacia los departamentos pudieron funcionar por lo menos como desconcentración del poder, porque el Ejecutivo, desde Lima, seguía concentrando la capacidad de decisión hasta en los actos más sencillos de gobierno local, agregando que el poder central siempre estuvo presente en las capitales departamentales, provinciales, municipales y caseríos a través de los prefectos, subprefectos, gobernadores y tenientes gobernadores, respectivamente. Posteriormente se ensayó, en el bienio 1990-1992, la descentralización a través de la regionalización transversal combinada con el departamentalismo. El proceso actual de descentralización definida en el 2002 y que viene funcionando desde el primero de enero del 2003, persiste en la forma departamentalista y su complementación con la creación de las macrorregiones en marcha, cuya estructuración no abandona el departamentalismo en su forma "asociada" por referéndum.
3.3. Pero en el proceso de la lucha por la descentralización en el Perú hay que distinguir elementos de política y elementos de ideología, que nos explican el contenido de clase de la lucha por la descentralización en nuestro país. Así es posible distinguir contenidos y representantes de esa lucha.
a) un contenido feudal de la lucha por la descentralización, que correspondía a los intereses del gamonalismo hasta los años 50, y que Mariátegui denominara la "descentralización centralista", porque quienes la impulsaban buscaban mayor libertad respecto del gobierno central limeño para administrar su feudo en el interior del Perú, pero sin poner en peligro el centralismo de herencia colonial con el cual mantenía estrecha relación por sus intereses de clase;
b) un contenido burgués regional, que empieza a funcionar desde el gobierno de Odría y se consolida con el primer régimen de Belaúnde, continúa con la dictadura militar de 1968-1980, que correspondió a los intereses de las burguesías regionales emergentes y que se materializó con la creación de Corporaciones Departamentales de Desarrollo con sedes en cada capital departamental, como concesiones del gobierno central a su clientela política del interior del país a efecto de que el poder central siga incólume; esta representación de clase siguió manteniéndose hasta 1990 con variantes organizativas y de relaciones con el poder central;
c) un contenido burgués neoliberal, iniciado con el fujimorismo, con un significado de transferencia de responsabilidades económicas y sociales del Estado nacional a los subgobiernos regionales y municipales a efecto de que estos asuman los gastos de los servicios públicos ante la reducción de los presupuestos de dichos servicios en el gobierno central, de modo que los gastos sociales sean asumidos, cada vez más, por los ciudadanos a través de la privatización de los servicios; contenido que corresponde a los intereses de la gran burguesía interna y transnacional;
d) un contenido popular que corresponde a la lucha por la descentralización en torno a la lucha por la democratización del Perú desde los intereses de las clases oprimidas y a través de las nuevas formas de organización democrática de las masas: los Frentes de Defensa de los Intereses del Pueblo (FEDIP), como organizaciones de democracia directa que une a las fuerzas populares para conquistar reivindicaciones concretas con proyecciones estratégicas, recogiendo la rica experiencia de lucha del pueblo peruano pero perfilándose mejor desde la década de los 70.
Cómo es posible que el contenido popular de la lucha por la descentralización avance más hasta convertirse en un movimiento fuerte y decisivo frente a la inercia de la descentralización burguesa neoliberal actual, he ahí un gran problema a resolver y un gran reto a enfrentar con éxito.
IV. PROBLEMAS DEL ACTUAL PROCESO DE DESCENTRLIZACION EN EL PERU
No son pocos y su existencia no es un problema de hombres sino de causas estructurales y, sobre todo, del modelo económico que lo orienta. Sólo mencionaremos un grupo de problemas que se vienen expresando cada vez con mayor fuerza.
4.1. ausencia de proyectos regionales de desarrollo ligados a un proyecto nacional, también inexistente en el sentido que ya explicamos;
4.2. desarticulación de las políticas en todos los ámbitos: entre el Estado y las regiones y entre éstas y sus subregiones y las municipalidades, produciéndose una real balcanización del país y la interferencia de funciones y tareas concretas;
4.3. desigualdadaes en la distribución de los recursos provenientes de la explotación de los recursos naturales, con una concepción equivocada de la pertenencia de los bienes del Estado nacional: minas, bosques, pesquería, etc.;
4.4. atomización del presupuesto nacional y de los presupuestos regionales y municipales, con inversiones pequeñas multiplicadas en obras también pequeñas, con ausencia de inversiones en proyectos de envergadura nacional y regional para el largo palazo;
4.5. existencia de enclaves transnacionales en las regiones, como frenos a la acción de los gobiernos regionales, por el peso económico y político de aquéllas en sus relaciones con el gobierno central;
4.6. subordinación del funcionamiento de los gobiernos regionales al programa económico neoliberal y sus condicionamientos multianuales;
4.7. corrupción generalizada en el manejo de los gobiernos regionales y municipales, que drena sus presupuestos quitándoles gran parte de su capacidad de inversión.
Cada problema señalado constituiría un capítulo de gran extensión para evaluar el actual proceso de descentralización en el Perú, lo que nos llevaría, lamentablemente a la conclusión de su fracaso, que es un nuevo fracaso de la descentralización en nuestra patria.
Actualmente la ONG "Grupo Propuesta Ciudadana" viene realizando un seguimiento del actual proceso de descentralización mediante su Proyecto o Sistema "Vigila Perú", con un boletín "Participa Perú" que ya está en su número 25 y que es editado como encarte por "La República" de Lima (4). Analizan la marcha del proceso en sus múltiples contenidos: transferencias de competencias, transferencias presupuestales a las regiones, transparencia informativa, ejecución de proyectos, participación ciudadana, principalmente. El boletín es útil porque da información sobre lo que viene ocurriendo en las regiones, pero su orientación es de dar por hecho que si se cumplen las metas trazadas en las leyes y los cronogramas de acciones, el proceso dará resultados positivos; por lo tanto acepta el actual marco económico y político que orienta a la descentralización.
CONSIDERACIONES PARA UN PROYECTO NACIONAL
I. SIGNIFICADO Y DENOMINACIONES AFINES
La denominación de "proyecto nacional" se utiliza para referirse a los grandes objetivos de una nación para desarrollar sus potencialidades y construir una sociedad diferente a la que se pretende que ha dejado de ser necesaria tal como está.
En efecto, un proyecto nacional son los objetivos estratégicos que trazan las fuerzas políticas como expresiones de las clases a la que representan para construir un nuevo orden social. Este significado, como el anterior, nos da la idea de propuesta alternativa global y de largo alcance, por lo que no debe confundirse el proyecto nacional con planes de gobierno o cronograma de acciones para un determinado período, aun cuando los planes y los cronogramas forman parte de la acción política para viabilizar el proyecto en cada etapa de su desarrollo.
Un proyecto nacional sólo puede existir cuando la clase que detenta el poder tiene la capacidad histórica y política de pensarla y plasmarla en un ideario, como fue, por ejemplo, el caso del proyecto nacional de las revoluciones burguesas del los siglos XVIII y XIX, levantando los grandes objetivos de libertad, igual y fraternidad que orientaron la construcción de los estados nacionales laicos y modernos; o el proyecto de la revolución china de 1949 que busca la construcción del socialismo en ese inmenso país para hacer de la china un país desarrollado y próspero para todos sus habitantes, bajo la dirección del Partido Comunista de China, expresión política de la hegemonía de la clase obrera y demás sectores populares y nacionalistas.
El proyecto nacional puede asumir distintos contenidos programáticos según la clase social a la que represente y según también el período en que se encuentra la lucha de clases, los problemas histórico que se deben enfrentar y las tareas específicas que hay que acometer para acercarse a las metas estratégicas.
Para los socialistas el proyecto nacional asume la forma de un Programa General o Máximo que, desde el poder del Estado, la clase obrera organizada políticamente debe desarrollar poniendo en movimiento a todas las fuerzas sociales capaces y dispuestas de asumir el contenido programático. Al lado del programa máximo, como estrategia revolucionaria para una etapa de construcción de las bases para el socialismo, se elabora un programa mínimo, de carácter democrático y nacional ligado a los objetivos del socialismo y, para la lucha política táctica, un programa más concreto que pueda ser asumida por los más amplios sectores del pueblo. Entonces podemos decir que tenemos tres niveles en los que se plasma el proyecto nacional desde el punto de vista de la lucha por el socialismo: a) el programa general o máximo; b) el programa mínimo democrático, nacional y popular; c) el programa concreto o táctico; distinción que no los divide en procesos aislados, sino concatenados al proyecto socialista. Por ello es que toda propuesta táctica que se adopte desde la política socialista debe diferenciarse de las tácticas y las estrategias del sector gran burgués hegemónico.
El proyecto nacional de los socialistas tiene un contenido diferente y antagónico del proyecto burgués, pues éste se basa en la ideología liberal que hoy ha devenido, en todo el mundo, un proyecto neoliberal que pretende consolidar definitivamente la hegemonía del capitalismo a escala planetaria, pues el proyecto burgués clásico ya cumplió su "etapa heroica" y es imposible que se reproduzca en algún país, mucho menos en el nuestro, donde ni el proyecto burgués liberal del tipo que triunfó en la Europa desarrollada en los siglos XVIII y XIX (tomando el modelo francés de 1789) ha logrado plasmarse por cuanto la burguesía criolla sólo ha jugado, y sigue jugando, un papel intermediario de la gran burguesía extranjera, siendo solamente una clase dominante mas no dirigente, incapaz, por consiguiente, de forjar la nación peruana.
En el Perú de hoy no queda otro camino que forjar un proyecto nacional democrático popular con rumbo socialista que resuelva, en una primera etapa, los problemas democráticos y nacionales que la burguesía peruana no ha podido resolver y, como una continuidad ininterrumpida, construir el socialismo en el Perú como alternativa al capitalismo. En el MNI este proyecto asume el nombre de "nuevo curso", es decir un nuevo rumbo que debe tomar la sociedad peruana ante el fracaso de la república criolla en todas sus manifestaciones y "modelos" de "desarrollo" y de acumulación del capital al servicio de las clases dominantes de dentro y fuera del país. ¿Qué elementos básicos debe contener un proyecto nacional con rumbo socialista en esta etapa de la lucha de clases en el Perú? Es lo que pasamos a esbozar.
II. BASES PARA UN PROYECTO NACIONAL EN EL PERU ACTUAL
2.1. Bases ideológico-políticas, como visiones estratégicas o de largo plazo
a) tener una visión y un rumbo socialista como eje conductor de la lucha, como alternativa superior al capitalismo;
b) tener, así mismo, una visión permanente de la lucha por la conquista del poder democrático y popular a través de tácticas y estrategias adecuadas y tomando como eje de masas el poder popular con la clase obrera como fuerza principal y dirigente;
c) visión del nuevo Estado que debe construirse: democrático, nacional, popular, conductor y planificador, soberano y con capacidad de representar los genuinos intereses de la mayorías hoy explotadas; diferente al Estado simplemente promotor de la inversión privada, el Estado subsidiario que sólo se ocupa de aquello donde los privados no tienen interés de intervenir por que "no es rentable".
Para los que, abierta o solapadamente pretenden seguir defendiendo el actual sistema capitalista en el Perú, dirán que nuestra propuesta de izquierda es dogmática y sectaria porque excluye la política del "consenso" entre las fuerzas políticas que se disputan el gobierno en cada etapa de lucha electoral. Pero esta critica se basa en que no hay grandes diferencias entre las clases ni entre nuestro país y los países imperialistas. Algunos, de tendencia socialdemócrata, pretenden tomar el concepto de participación como la posibilidad de que las clases excluidas o dominadas vayan sumiendo, poco a poco, su rol en el control del Estado actual, como estrategia de "participación ciudadana" o conquista de la ciudadanía. Nadie duda que debemos luchar para que los de abajo conquisten más derechos, entre ellos, el de la participación en la toma de decisiones políticas y sociales, pero para nosotros esta lucha es parte de una lucha más grande por la conquista del poder del Estado; mientras que los socialdemócratas sólo buscan que el capitalismo se consolide en nuestro país eliminando sus elementos negativos y desarrollando la innovación y la competitividad en el marco de la economía de libre mercado, a la cual hay que dotarla de "rostro humano". También dirán que no creemos en el mercado y que somos "estatistas" y "populistas". El mercado no es un artículo de fe o de creencia sino un fenómeno social que apareció antes que existiera el modo de producción capitalista, pues su origen tiene que con la invención del comercio, primero de trueque y luego dinerario. Como fenómeno históricamente situado y que surge al margen de la voluntad de los hombres, es una fuerza irracional a la cual hay que regularla, y aquí sí los hombres, a través del Estado y utilizando los instrumentos teóricos y técnicos que da la economía política, pueden intervenir, regular y cambiar el curso de su funcionamiento, sin someterse a su dinámica irracional. En cuanto al calificativo de populistas, pretenden descalificar a quienes buscamos el respeto a los derechos sociales y laborales para crear condiciones de bienestar para los trabajadores y todo el pueblo, usando los recursos del Estado y exigiendo que el sector privado cumpla con las exigencias tributarias y demás responsabilidad en una equitativa distribución de la riqueza; y no, como proceden los neoliberales, distribuyendo alimentación y otras especies entre "los más pobres" sin atacar las causas reales de la pobreza: las relaciones de producción desiguales, la producción colectiva de la riqueza y la apropiación individual de la misma.
2.2. Las bases programáticas: los objetivos estratégicos en el campo de la economía, de las relaciones sociales, de la educación y la cultura, la defensa nacional, la política internacional, etc. Las bases programáticas definen el conjunto de acciones y políticas concretas en cada sector de la vida nacional. Su formulación puede variar de un país a otro según las condiciones reales de las confrontaciones políticas, de los problemas existentes, de la propia realidad, cuyo análisis concreto es condición necesaria para tomar las decisiones más adecuadas, oportunas y eficaces.
2.2.1. Economía planificada para el desarrollo autosostenido (o autocentrado) bajo la conducción del Estado (el nuevo Estado) poniendo en movimiento nuestras propias potencialidades como fuerza principal y los recursos externos como complementarios
a) propiedad estatal sobre los medios de producción estratégicos como forma principal;
b) propiedad colectiva o asociativa y propiedad privada con participación del Estado en las concesiones a los empresarios nacionales y los extranjeros, tanto en la industria como en la agricultura, el turismo y los servicios pasibles de ser gestionados por el sector privado;
c) desarrollo agrario diversificado con apoyo financiero y técnico permanente, tomando como eje el mercado interno y como eje de apoyo el mercado externo (agroexportación) para el logro de nuestra independencia alimentaria;
d) fomento de la mediana y pequeña propiedad racionalmente establecidas, sin caer en el minifundio ni en la gran propiedad terrateniente;
e) desarrollo de la industria básica pesada y de la industria ligera para el logro de nuestra independencia tecnológica;
f) control de los fenómenos macroeconómicos (inflación, déficit fiscal, balanza comercial y de pagos, reservas internacionales, etc.) al servicio del desarrollo interno y el bienestar de las mayorías y no del pago de la deuda externa, cuyo manejo debe ser selectivo y tendiente a disminuir y luego eliminar el agobiante peso sobre el presupuesto nacional;
g) integración física del país con inversiones estatales y privadas en obras de proyección estratégica y de desarrollo sustentable;
h) proyectar un país soberano, desarrollado, próspero y solidario con planes de desarrollo quinquenales, con un crecimiento de no menos de 8% del PBI anual.
2.2.2. Democracia y bienestar para el pueblo peruano
a) elección democrática de los gobernantes y eliminación de la comercialización de los procesos electorales y la práctica de la corrupción a todo nivel, con derecho de revocatoria por el pueblo organizado; elecciones que deben extenderse a jueces y fiscales del Poder Judicial, implantando un sistema gratuito de administración de justicia;
b) reforma total de los poderes públicos y reducción drástica de la alta burocracia estatal y creación de una carrera pública estable, eficiente y al servicio de la sociedad y no de cada gobierno de turno;
c) reconocimiento de todos los derechos de los trabajadores públicos y privados;
d) seguridad social integral, universal y solidaria, sin divisiones privilegiadas en la atención de la salud, la jubilación y las pensiones por desempleo;
e) prioridad en la atención de la niñez, los discapacitados, la vejez y la mujer gestante:
f) impulso planificado de la descentralización del país usando el criterio de la distribución compensatoria del presupuesto estatal, sin privilegios financieros por razones de posesión territorial de los recursos naturales, con el criterio de que estos recursos son de todo el país;
g) organización de las formas de democracia directa de masas como órganos de participación permanente en la toma de decisiones y en la fiscalización y control de los actos gubernamentales centrales, regionales y locales, con capacidad de iniciativa legislativa;
h) regeneración moral del país a través de un sistema anticorrupción que impida beneficios penitenciarios a quienes delinquen por hurto al Estado, por traición a la patria y por narcotráfico.
2.2.3. Nueva educación peruana
a) nuevo sistema educativo peruano, democrático y nacional, al servicio del pueblo y del país, basado en la escuela pública única y laica, gratuita y universal con un enfoque curricular sustentada en la unidad de escuela-trabajo;
b) universalización y gratuidad de la educación hasta el nivel superior;
c) eliminación del analfabetismo en el corto plazo y superación del analfabetismo funcional;
d) impulso prioritario de la investigación científica básica y de las tecnologías al servicio del desarrollo del país;
e) regulación del uso de los medios de comunicación de masas al servicio de la nueva educación con la participación del Ministerio de Educación y Cultura;
f) presupuesto educativo del 8% del PBI como mínimo;
g) sistema escolar basado en los niveles regulares de inicial, básico, tecnológico intermedio y superior como directrices de las otras formas y modalidades de educación.
2.2.4. Política cultural nacional y popular
a) promoción y desarrollo de la nueva cultura peruana basada en el desarrollo de nuestra cultura y la asimilación creadora de la cultura universal, cultivando los valores de amor a lo nuestro, amor a la patria, a la justicia y la solidaridad, lo colectivo y el cuidado del medio ambiente;
b) promoción y apoyo estatales a la práctica de las actividades culturales de contenido estético y orientado a los más vastos sectores de la población, priorizando el rescate de los valores culturales del pueblo peruano;
c) promoción de la lectura masiva de las creaciones literarias del Perú y del mundo;
d) rescate, puesta en valor y apertura al mundo de nuestra riqueza cultural arqueológica, artística y de nuestra riqueza ecológica.
2.2.5. Política de defensa nacional
a) fronteras desarrolladas como pilar de nuestra seguridad nacional externa;
b) nuevas fuerzas armadas con derechos ciudadanos plenos y con dedicación exclusiva a su actividad militar;
c) política de pueblo en armas como conciencia de la defensa nacional basada en toda la población;
d) modernización y potenciamiento bélico con fines disuasivos.
2.2.6. Política internacional independiente y plural, independiente por el no alineamiento con ningún bloque hegemonista y plural por las relaciones diplomáticas con todos los países que respeten el principio de la no intervención
a) el latinoamericanismo como prioridad: por la unidad de América Latina en lo económico, político y cultural;
b) compromiso con toda iniciativa de unidad subregional que signifique el trabajo conjunto y solidario por el desarrollo y el bienestar de los pueblos y naciones;
c) posición antiimperialista y de lucha contra todos los instrumentos internacionales de dominación neocolonial;
d) respeto irrestricto al principio de no intervención en nuestras relaciones internacionales.
2.2.7. Desarrollo andinoamazónico, concibiendo este espacio como una unidad en el proceso de la conformación de un habitat interrelacionado en la producción de los 84 pisos ecológicos que constituyen la base natural del poblamiento y las potencialidades mayores de nuestro territorio
a) impulso de la agricultura y la ganadería como ejes del desarrollo integral del ande peruano;
b) desarrollo de la selvicultura y la explotación racional del bosque bajo control estatal;
c) control estatal de los bosques y aguas de la Amazonía y del Ande peruanos;
d) promoción de la minería racional y selectiva en el Ande y en la Amazonía bajo control estatal;
e) impulso de la pesquería amazónica con fines alimentarios e industriales, priorizando el mercado interno;
f) planificación estatal del cultivo de la coca y defensa de su uso ancestral, medicinal e industrial, eliminando inmediatamente el uso con fines de fabricación y comercialización de drogas ilícitas, desarrollando aceleradamente la agricultura y la ganadería como método principal de la erradicación del narcotráfico y la aplicación rápida de la represión contra las mafias y sus encubridores;
g) política de desarrollo de las nacionalidades andinoamazónicas y garantías plenas a su derecho de posesión de los territorios que habitan con la condición de que asuman responsabilidades en la aplicación de las políticas nacionales.
¿Cómo resumir este proyecto nacional y su programa? Consideramos que se trata de un proyecto nacional de construcción de una república soberana, democrática, desarrollada y justa que nos conduzca a la construcción del socialismo en el Perú.
NOTAS
(1) Aboites, Hugo. 1997. "Vientos del Norte. TLC y privatización de la Educación Superior en México". P y V Editores. México, D. F. Véase también del mismo autor: "Derecho a la educación o mercancía. La experiencia de diez años de libre comercio en la educación mexicana". México, D. F. 2003 (Foro "Libre Comercio y Educación" de la Coalición Trinacional en Defensa de la Escuela Pública).
(2) Citado por COLFUTURO en el artículo "La industrialización de la educación: la oferta académica colombiana en el umbral del TLC". 5 de octubre 2004. Pág. 1. http://www.colfuturo.com/index.php
(3) Citado por Ruiz Caro, Ariela. En "Negociadores andinos descubren que el TLC es político". Diario "La República". 23 de abril 2005. Lima-Perú. Pág. 13.
(4) GRUPO PROPUESTA CIUDADANA. 2005. "Participa Perú" No. 25. Agosto 2005. Lima-Perú.