José Ramos Bosmediano, miembro de la Red Social para la Escuela Pública en las Américas, ex Secretario General del SUTEP
Cuando ya se anunciaba el cambio de Gabinete Ministerial del segundo gobierno del Apra, a menos de un año de su culminación, el Viceministro de Gestión Pedagógica del ministerio de Educación, el profesor Idel Vexler Talledo, escribió uno de sus acostumbradas columnas en el diario que le promueve como el non plus ultra de la educación oficial, La República del 1608/2010, p. 11.
Antes de referirme al contenido del artículo y de su intencionalidad manifiesta, es necesario decir que el profesor Vexler, si bien se graduó como profesor en la Universidad Pública La Cantuta, su labor profesional fundamental tiene que ver con la educación privada. Su tendencia política estuvo relacionada con la experiencia de Izquierda Unida desde la posición del cristianismo de la Teología de la Liberación, aquello que se ha llamado siempre "progresista", término que quiere decir muchas cosas, especialmente cuando la persona evoluciona de cara a las vicisitudes de la lucha de clases. Vexler fue a parar en Foro Educativo, especie de ONG que promueve cambios educativos en el marco de la reforma educativa neoliberal, por lo que su Proyecto Educativo Nacional, muy bien promovido desde los tres últimos gobiernos posfujimoristas, juega en pared con la privatización de la educación y la desregulación laboral de la carrera docente.
Desde esa posición, Idel Vexler logró situarse en la cúspide de la administración de la educación peruana, desde el 2001 por lo menos. Pero ha sido con el gobierno aprista que Vexler Talledo ha podido demostrar su dotes para combinar sus anteriores poses izquierdistas con la más ferviente fe en la reforma educativa neoliberal que el actual gobierno desarrolla a partir de las líneas maestras de la reforma fujimontesinista.
El artículo que nos ocupa, "Carrera Pública Magisterial", no es el único donde su autor mistifica la reforma educativa neoliberal, ni lanza loas a las "políticas de Estado" del gobierno aprista. Vexler llegó a escribir en el boletín del Consejo Nacional de Educación un ditirambo para los "Coloquios" de Haya de la Torre, aquellas versiones taquigráficas de las conferencias que el extinto líder del Apra solía ofrecer a la boquiabierta e ingenua militancia que se congregaba para escuchar más anécdotas que conocimientos. Vexler, a partir de la lectura de esas piezas oratorias, llegó a calificar a Haya de la Torre como un gran maestro. Del progresismo saltó al aprismo y con su artículo sobre la Carrera Pública Magisterial nos demuestra que sus objetivos personales no tienen nada que ver con la Teología de la Liberación, que dicho sea de paso, ni sus fautores peruanos defienden hoy con la vehemencia del pasado.
Siete mentiras en siete párrafos
En el primer párrafo dice Vexler:
Se debe reconocer que el ministro José Antonio Chang, con firme convicción y entereza, ha promovido la aprobación de la Ley de Carrera Pública Magisterial (CPM), así como su implementación durante el actual gobierno que lidera el presidente García.
Nadie puede dudar de la convicción con la que el Ministro Chang, pero también Vexler, han promovido la Ley de CPM y su implementación a paso forzado. Sus objetivos de desregular el trabajo docente, eliminar el derecho al aumento de salarios en función de la evolución del costo de la canasta familiar, de limitar el presupuesto dedicado a salarios magisteriales mediante un sistema de segmentación "inteligente" de la masa docente con el sambenito de la "meritocracia", están diseñados en los procesos de evaluación estandarizada y las condiciones del ascenso a los niveles IV y V, más la demagogia de la remuneración calculada con base a 40 horas pedagógicas. Son estas triquiñuelas las que explica esa "firme convicción" del ministro Chang, operador de turno de las orientaciones del Banco Mundial en materia educativa. En lo que se refiere a la supuesta entereza del Ministro Chang, no cabe duda que Vexler ha tomado solamente el significado de "fortaleza", pero no los contenidos de probidad, honestidad, lealtad a los principios, integridad personal. Si se trata de José Antonio Chang, lo que menos puede exhibir de su personalidad es entereza, incluso teniendo en cuenta que un defensor de la educación privada no puede, al mismo tiempo, trabajar a favor la escuela pública. Más cuidado, señor Vexler, con el uso de las palabras. Quien se equivoca con las palabras, es porque titubea con sus pensamientos.
En el párrafo siguiente, no se sabe si por ignorancia, olvido o afán de encubrir a los verdaderos autores de las ideas básicas de la CPM, el autor nos dice que "la génesis (de la CPM, aclaro) se remonta a la consulta nacional impulsada por el Ministro Marcial Rubio durante el gobierno del presidente Paniagua". Quienes se den un tiempito para revisar los decretos legislativos y decretos leyes del fujimontesinismo, 1991 y 1992, respectivamente, podrán descubrir que las "grandes ideas" de la política magisterial actual se encuentran esas normas que, con la lucha de los maestros, fueron derrotadas, aun cuando la dictadura corrupta y neoliberal fue introduciendo las evaluaciones estandarizadas y los concursos amañados para incrementar el sistema de contratos y la precariedad del trabajo docente, además de ir acumulando "aumentos" irrisorios a las remuneraciones no pensionables, que hoy constituyen un monto de entre 400 y 500 soles que, al jubilarse un maestro, deja de percibir en su pensión. La "duplicación" de la remuneración docente durante el gobierno de Toledo forma parte de la treta de ahorrar recursos fiscales disminuyendo los salarios y las pensiones. Estas ideas fueron luego expuestas con mayor claridad durante el gobierno de Valentín Paniagua, en un Seminario organizado por el Banco Mundial y por el MINEDU, en la sede de este ministerio, al cual fui invitado como ex dirigente del SUTEP. En este evento los expositores desarrollaron las tesis que hoy están plasmadas en la Ley de CPM, casi todos funcionarios del Banco Mundial. Uno de los viceministros de Marcial Rubio, dirigió el Seminario. La tan mentada "Consulta Nacional", liderada por la congresista Gloria Helffer, no fue sino el llenado de una encuesta cuyas conclusiones estaban ya diseñadas en las preguntas. La única verdad que afirma Vexler es que el gobierno de Toledo, tan neoliberal como el actual, prosiguió el proceso y promulgó la Ley General de Educación 28044, que legaliza la reforma neoliberal.
El tercer párrafo glosa la redundante aunque incompleta consideración para el ejercicio de la docencia en las aulas: "carrera pública, con evaluaciones sobre formación, idoneidad, desempeño y experiencia". La carrera pública magisterial no es de hoy en el Perú, sino del siglo XIX y, en el mundo, de 1784, luego del triunfo de la Revolución Francesa. Esa carrera pública no solamente supone formación profesional y todas las cualidades éticas y sociales que todo maestro debe poseer, desterrando, por supuesto, el oportunismo político que muchos funcionarios llevan a cuestas para elevar sus ingresos, sino que establece también derechos económicos, sociales y culturales para los docentes, como establece la Resolución de la UNESCO del 5 de octubre de 1966 para el ejercicio de la docencia y que todo Estado está obligado a cumplir. Las evaluaciones estandarizadas que aplica el actual gobierno no tiene nada ver con las condiciones de idoneidad que menciona Idel Vexler.
Para marear a los incautos, Vexler menciona el objetivo 3 del denominado Proyecto Educativo Nacional elaborado por el CNE y entregado al gobierno aprista, que lo hizo suyo ipso facto: "Maestros bien preparados ejercen profesionalmente la docencia". Afirmación de Perogrullo, pero que no menciona en qué condiciones hay que ejercer el trabajo de enseñar. Este ocultamiento de las condiciones no es nueva ni se puede dejar de aclarar. La productividad del trabajo que impone el capitalismo, mucho más el del capitalismo salvaje o neoliberal, excluye las condiciones económicas y sociales en que se desempeña el trabajador, empleado u obrero. La exigencia del capitalista es más producción para más ganancia del inversionista. Esta lógica se ha trasladado a la educación en casi todos los países donde el neoliberalismo ha impuesto su dominio absoluto, incluyendo Estados Unidos, país en el cual el gobierno de Obama se ha visto obligado a trasladar importantes recursos financieros para parchar su sistema educativo creando los denominados "Colegios Comunales". Es la lógica de la CPM, cuya aplicación, incluso con todo el magisterio activo en ella, no resolverá la crisis actual de la educación peruana.
En el quinto párrafo sigue remachando sobre las bondades de la CPM y la meta de los 95 mil maestros que deben incorporarse a ella hasta junio del 2011, elogiando, de paso, los concursos que se vienen realizando y de cuya idoneidad hasta los periodistas venales han empezado a dudar por los tejemanejes en su aplicación, con pruebas mal elaboradas y vendidas de antemano, resultados alterados y vueltos a alterar en pocas horas, etc., incluyendo la falta de presupuesto para abonar los salarios ofrecidos. Sobre las remuneraciones ofrecidas: si en la década de los 90 del siglo XX un maestro requería un sueldo promedio de 2000 soles, en las condiciones actuales ese requerimiento no puede ser menor a 3000 para que un maestro deje de buscar otras actividades de supervivencia y concentrar sus energías en la enseñanza-aprendizaje.
En el sexto párrafo don Idel Vexler pide que la CPM del Banco Mundial se convierta en "política de Estado" (¿no es política de Estado, de este Estado neoliberal, señor Vexler?), es decir, que no tenga fin y que nos lleve a tener en el Perú maestros públicos sin derechos económicos, sociales y culturales, ergo, maestros cuasi sometidos al también neoliberal sistema del CAS, como ya lo están los maestros del "Colegio Mayor" de Huampaní. De las evaluaciones "transparentes y técnicas" del señor Vexler ya hemos hablado y los maestros lo están experimentado con amargura, muchos veces con impotencia.
Finalmente, Vexler apela a los "editorialistas y analistas" de la peor prensa de América Latina, es decir del Perú, con algunas excepciones desde luego, para que la CPM se aplique sin chistar, calificándola como "una de las reformas educativas más importantes de las últimas décadas", por lo cual "no cabe la menor duda de que el próximo gobierno dará prioridad a esta trascendental transformación para continuar avanzando en el mejoramiento de la profesión magisterial y de la escuela pública". Tal es el sueño de Idel Vexler, acaso el mismo sueño que tuvo cuando apoyó la reforma educativa desarrollista de la dictadura militar de los años 70 del siglo XX. No se da cuenta que ya fracasó nuevamente, y que el hecho de embolinar a 95 maestros a la "renovada" CPM no significa ni siquiera mejorar la educación peruana. En cuanto al porvenir de la escuela pública, es todavía peor en las condiciones impuestas por la reforma neoliberal. Además, hablando con propiedad, la política magisterial que se impone con la CPM no es una reforma educativa propiamente dicha, sino uno de los instrumentos de la reforma educativa neoliberal, como lo es el congelamiento del presupuesto educativo, su reducción en realidad, la municipalización de la educación, el currículo constructivista, etc.
¡Buena suerte, señor Vexler!
No hay duda que Vexler ha realizado una buena faena para merecer el Ministerio de Educación, en días de recambio ministerial y cuando Chang va a su feudo denominado Universidad. El diario La República, otrora trinchera de combate al neoliberalismo, no ha dejado de apuntalar la carrera burocrática de Idel Vexler, no solamente a través de un espacio para su columna de opinión, sino con las repeticiones de sus declaraciones cotidianas sobre hechos casi intrascendentes.
En las últimas semanas hemos venido leyendo avisos pagados en los diarios sobre eventos auspiciados, entre otros, por el Ministerio de Educación. Absurdamente, al lado del logo de este ministerio, aparece también el Viceministerio de Gestión Pedagógica, como si este componente del MINEDU tuviese su propia identidad. La claridad de la propaganda personal es evidente.
El Viceministro Vexler tiene la seguridad de que la reforma educativa neoliberal será continuada por el nuevo gobierno. Tiene razón si el 2011 triunfa cualquiera de los candidatos que lideran las encuestas, pues todos ellos llevan en la sangre y en los bolsillos la savia del neoliberalismo. Toledo, el fujimorismo, el Apra aliado con algún ganador neoliberal, Castañeda Lossio, Lourdes Flores que puede seguir insistiendo, principalmente, no tienen otro programa que el neoliberalismo en sus planteamientos más extremos. De ser así, que no dude Vexler de que tendrá nuevamente la oportunidad de ser Ministro o Viceministro.
Pero que no olvide también que la lucha política no es uniforme. El Perú está llegando a una situación que puede ser inmanejable desde la misma conducción neoliberal. El pueblo puede volver a ocupar el papel protagónico de otros momentos. Entonces, quienes están hoy arriba pueden caer al sótano. Y viceversa. La economía del crecimiento del PBI que no tiene en cuenta las aspiraciones del pueblo, fracasa a la larga.
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