martes, 21 de septiembre de 2010

Susana Villarán: ¿Izquierda o socialdemocracia?


José Ramos Bosmediano, miembro de la Red Social para la Escuela Pública en las Américas (Red SEPA, Canadá), ex Secretario General del SUTEP.

Al aproximarnos al 3 de octubre, día de las elecciones regionales y municipales del 2010 en el Perú, la disputa por el gobierno municipal-regional de la provincia de Lima se ha convertido en el centro del debate público por la polarización entre dos candidatas: Lourdes Flores Nano, de la derecha neoliberal neta, por un lado; y Susana Villarán, de una línea de socialdemocracia que encarna el ideal del neoliberalismo "con rostro humano", de la vertiente del catolicismo de la Teología de la Liberación. Lourdes Flores, para engañar a los desprevenidos, debió de desmarcarse de un procesado por narcotráfico al cual sirvió de asesora jurídica, y del más sucio sector de la política peruana, el fujimontesinismo que tenía como candidato al impresentable Alex Koury. Por su parte, Susana Villarán, para dar "fuerza social" a su candidatura (su partido se llama, precisamente, Fuerza Social), no tuvo más que buscar y aceptar el apoyo de fuerzas de izquierda y sectores progresistas, incluyendo en su lista a representantes del P. C. del P. "Patria Roja" (MNI) y del PNP de Ollanta Humala, principalmente.

La candidatura de Lourdes Flores se inició con un apoyo mayoritario, muy cerca a la del defenestrado Alex Koury, tachado por las argucias usadas para demostrar una residencia que, en realidad, no tenía ni podía tener. Mientras que Susana Villarán empezó su campaña con un minoritario apoyo de 4%, en el grupo de los "sin esperanza". Los perdedores fujimontesinistas que se quedaron sin su candidato Koury, inmediatamente, desde la "gran prensa" limeña, desataron una campaña de desprestigio contra ella, casi con los mismos improperios usados en la campaña del 2006 contra Ollanta Humala. En menos de un mes, la candidatura de la Villarán se puso por encima de la de Lourdes Flores, la que finalmente sólo viene siendo apoyada por su partido, el PPC y por quienes, desde el fujimontesinismo, actúan cegados por su posición anticomunista, que les lleva a no distinguir, incluso, la verdadera representación de clase de Susana Villarán. Jaime de Althaus de El Comercio de Lima y Aldo Mariátegui de Correo de Lima, los más sobresalientes defensores de lo más podrido del neoliberalismo en el Perú actual, encabezan la contraproducente campaña contra Susana Villarán. Otro sector neoliberal de los medios, más perspicaz e inteligente, se dio cuenta que, con Susana Villarán en la Alcaldía de Lima, no quedaba una posible candidatura sólida de "izquierda" para las presidenciales del 2011, pues Ollanta Humala, pese a sus reacomodos derechistas, tiene serias debilidades para recuperar la fuerza que tenía y vencer a la derecha neoliberal. ¿Para qué serviría Lourdes Flores en esa perspectiva?

La campaña contra la izquierda, la cuestión de fondo

Tanto los recalcitrantes fujimontesinistas como los neoliberales que han abandonado a Lourdes Flores y "apoyan" a la Villarán tienen un punto de unión, una identidad ideológica: su posición antizquierdista, antisocialista. Tienen la pretensión de definir cuál es la izquierda que les gusta, no obstante afirmar que izquierda y derecha son categorías que no existen, como tampoco, para ellos, existe la lucha de clases. Se consideran los dueños de la democracia y hasta del socialismo, sin ser socialistas y agitando una democracia que no practican. Sólo les falta fundar un partido de izquierda que tenga como lema: ¡viva el capitalismo!

Los Bayly y los Álvarez Ródrich, y ni qué decir de los Aldo Mariátegui y los Jaime de Althaus, califican de "izquierda extrema" a quienes son los socialistas marxistas, cuya presencia pretenden anular porque plantean la necesidad de cambiar el sistema capitalista por la alternativa socialista. Desde su posición de clase tienen toda la razón de meter miedo a la población, pues con ese tufillo de supuestos defensores del país y de sus recursos naturales, coinciden, en el fondo, con el discurso pacato de Lourdes Flores anunciando el "retroceso" económico y social que significaría el triunfo de Susana Villarán acompañada de los "rojos". Para ellos, el capitalismo significa el mejor sistema para seguir manteniendo sus privilegios de profesionales al servicio de los capitalistas y del modelo neoliberal que les garantiza arrancar buena parte de los excedentes generados por la sobrexplotación de los trabajadores de la producción y los servicios, cuyos ingresos son inferiores a los de la alta burocracia estatal y privada.

Les atemoriza la tendencia creciente de rechazo al sistema capitalista neoliberal y al papel que los izquierdistas organizados, desde los sindicatos de trabajadores, desde las organizaciones populares, desde los partidos de izquierda y desde las capas de intelectuales progresistas pueden cumplir para orientar y dinamizar la lucha de los oprimidos. Tal es la razón por la cual pretenden una Susana Villarán libre de "extremistas", pues saben que ella y su partido no constituyen ningún peligro para el orden existente. La socialdemocracia que profesa y practica es la política del "justo medio" para impedir que los de abajo resquebrajen el dominio del gran capital. Mucho mejor, como ocurre con la tendencia socialdemócrata actual, cuando no existe una base de trabajadores organizados y combativos que presionen por sus derechos y por los derechos sociales en general, como ocurrió con la socialdemocracia europea a partir de la primera guerra mundial (1914 – 1918), que obligó a los capitalistas hacer concesiones importantes hasta derivar en el denominado "Estado del Bienestar". En este caso, los comunistas cumplieron un rol de vanguardia en aquellas luchas del siglo XX.

No faltan intelectuales socialdemócratas que, expresando sus rotundas discrepancias con los izquierdistas marxistas, defienden, sin embargo, el derecho de estos a participar en la lucha política electoral, como lo vienen haciendo desde 1980. Califican a los izquierdistas marxistas como depositarios de un sistema "fracasado", lo que supone que el capitalismo y su democracia burguesa, con el visto bueno de Giovani Sartori, Bobbio y otros, es la única alternativa para nuestro país.

Perspectivas…

Con todas las limitaciones de la socialdemocracia que representa Fuerza Social y su candidata Susana Villarán, su triunfo significará una importante derrota política para la derecha neoliberal y sus soportes partidarios: PPC, APRA, fujimontesinismo, Solidaridad Nacional, Somos Perú y otras agrupaciones menores. También significará una recuperación inicial de la tendencia de las masas hacia la izquierda y el cambio, frente al fracaso de las políticas neoliberales que desde los 90 del siglo XX se vienen aplicando en el Perú.

El gobierno municipal y regional de la provincia de Lima por Fuerza Social podrá demostrar una diferencia sustancial con las administraciones neoliberales anteriores, principalmente con la que concluye con Castañeda Lossio, en lo social, en lo moral y en lo técnico. No proceder de manera diferenciada significaría una nueva frustración para aquellos sectores que están buscando una nueva alternativa para los problemas del Perú.

El nuevo gobierno municipal podría significar un nuevo rumbo para la organización de la población, democrática y activa, en la búsqueda de soluciones a los problemas de la gran Lima: seguridad pública, transporte, acondicionamiento del territorio, saneamiento ambiental, cultura y recreación, lucha contra la corrupción; pero también la salud y la educación pública, cuyas estructuras son actualmente un caos por el abandono de lo público y el crecimiento de lo privado. Con respecto a la educación, no es auspiciosa la presencia, en el equipo de Susana Villarán, de personas que han colaborado abiertamente en la implementación de la reforma educativa neoliberal, cuyas consecuencias estamos enfrentando hoy.

A partir de un posible triunfo de Fuerza Social este 3 de octubre, nuevas condiciones podrían abrirse para perfilar un nuevo movimiento de izquierda, popular por su composición y su contenido programático. Se pondrá a prueba, entonces, la capacidad de los dirigentes para promover la más amplia unidad en torno a un programa de reformas profundas en lo económico, político, social, cultural y educativo.

Iquitos, setiembre 21 del 2010
Fuente: http://radiolatinos.free.fr/articulo.php?id=1705.htm

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